ICCA - TERRITORIOS DE VIDA
ICCA - Territorios de vida en el mundo
Podemos encontrar ICCA ‘Territorios de Vida’ (conocidos como TICCA en América Latina) en todo el mundo. Su diversidad es fascinante: se encuentran en cualquier tipo de cultura y ecosistema donde haya una comunidad ligada a un territorio, con un sistema de gobernanza propio, y que dé resultados positivos en términos de conservación de la naturaleza y medios de vida para la comunidad.
ICCA: áreas conservadas por comunidades locales
El área o territorio tiene que tener una comunidad bien definida, con un claro vínculo a un territorio también bien definido.
Ejemplos de estas comunidades pueden ser familias de vecinos (por ejemplo los titulares de un monte en mano común), cotitulares (por ejemplo las comunidades que gobiernan montes de socios), un gremio local (por ejemplo los pescadores de una cofradía) o cualquier otro colectivo bien definido y con arraigo local que posea ese vínculo territorial (por ejemplo los miembros de una comunidad de regantes, o los asociados de la sociedad de caza de un pueblo). De esto se deduce que la comunidad no tiene que disponer necesariamente de título de propiedad sobre el área (de hecho no suele ocurrir), pero sí un claro vínculo con ese territorio (por ejemplo derechos de uso, sean éstos reconocidos por leyes escritas o regidos por usos y costumbres). Aunque lo habitual es que la práctica totalidad de la comunidad resida en el territorio, en ocasiones no tiene porqué ser así, por motivos socio-económicos o de otra índole. En cuanto al territorio, lo habitual es que se solape con otras figuras como Parques Naturales, Reservas de Caza, otras ICCA, etc.
Esta comunidad debe disponer de un sistema propio de gobernanza en funcionamiento, que articula la participación de la comunidad en la toma de decisiones sobre esa área o territorio.
Ese sistema de gobernanza tiene que estar gobernado por la comunidad, no por otros agentes como empresas, agencias públicas u ONG. La clave aquí es la capacidad real de la comunidad en la toma directa y libre de decisiones, establecer reglas y hacerlas cumplir. Obviamente estos sistemas de gobernanza funcionan dentro de un marco legal y administrativo que debe actuar como garante del interés general a mayor escala, por lo que la capacidad de gobierno sobre el territorio no es nunca absoluta. Ejemplos de estos sistemas de gobernanza son las asambleas de comuneros, las cofradías de pesca, los concejos abiertos, las juntas de pastos, etc. Gran parte de estas instituciones son seculares y algunas han sido declaradas Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad (como el Tribunal de las Aguas de la Vega de Valencia), mientras que otras son muy recientes, como las agrupaciones de marisqueo, que nacieron formalmente alrededor de los años 70.
Actualmente, el concepto de conservación de la naturaleza va mucho más allá de la mera protección de hábitats y especies, incluyendo también uso sostenible, por ejemplo extracción de madera, pesca, agricultura, caza, etc. siempre que se realice con criterios de sostenibilidad. Otros ejemplos de conservación son la restauración de ecosistemas (por ejemplo recuperación de un área o territorio degradado por mala gestión, incendios, abandono, etc.) y otras actividades de contribuyan a mantener o mejorar el estado de conservación de un territorio. De esto se deduce que el hecho de que un territorio sea ICCA o no, no depende tanto de sus valores naturales y su estado de conservación actual como de la influencia que está ejerciendo la gobernanza de la comunidad sobre los valores naturales de ese territorio.
Por otra parte, un factor a tener en cuenta es la capacidad del sistema de gobernanza ejercido por la comunidad para facilitar los medios de vida principalmente a dicha comunidad y también en muchas ocasiones a otros colectivos. Los medios de vida van más allá de las necesidades materiales, incluyendo también las necesidades sociales, culturales y las actividades relacionadas con éstas. La finalidad última de los medios de vida es garantizar el poder seguir viviendo de forma sostenible y con dignidad. De esto se deduce que el hecho de que un territorio sea ICCA o no, no depende tanto de sus valores naturales y su estado de conservación actual como de la influencia que está ejerciendo la gestión de la comunidad sobre los valores naturales de ese territorio.