El proyecto «Montes de Socios» Premio Elinor Ostrom 2017

El proyecto «Montes de Socios» de la Asociación Forestal de Soria, ha sido galardonado con el máximo reconocimiento que a nivel mundial se otorga a instituciones, administraciones o particulares que ejercen una labor relevante de defensa de los comunales y de su gobernanza: el premio Elinor Ostrom.

Muchos de los que hoy formamos parte de iComunales conocimos el proyecto «Montes de Socios» en nuestra primera reunión en 2013, en Valdeavellano de Tera, Soria. Allí el equipo de la Asociación Forestal de Soria nos recibió con los brazos abiertos y nos enseño su interesante proyecto directamente sobre el territorio. Durante ese importante encuentro también tuvo lugar la Asamblea General del ICCA Consortium, una organización que aboga por la defensa y el reconocimiento de las áreas conservadas por comunidades locales en todo el mundo. De ese encuentro también nació la Declaración de Valdeavellano de Tera, que sería el germen que daría lugar, más tarde, a Iniciativa Comunales.

Es el galardón se concede en memoria de la que fue Nobel de Economía, la politóloga estadounidense Dña. Elinor Ostrom (1933-2012), quien con su trabajo a lo largo de 30 años consiguió superar la dicotomía conceptual entre lo público y lo privado, demostrando la importancia y actualidad de los «comunales”. La doctora Ostrom también demostró que cuando la gestión de los comunes es desarrollada por sus propios interesados bajo unas condiciones básicas (por ejemplo, mediante modelos de gobernanza claros y democráticos), esta gestión es mucho más eficiente, contradiciendo así años de tradición económica en los que se venía sosteniendo que las comunidades locales por sí mismas, eran incapaces de gobernar de forma sostenible sus bienes (la tragedia de los comunes).

En el caso de la Asociación Forestal de Soria, el trabajo desarrollado en favor de los montes de socios ha consistido en recuperar, visualizar y posicionar en el siglo XXI una forma colectiva de propiedad nacida a raíz de los procesos desamortizadores de finales del siglo XIX.

El trabajo desarrollado por la Asociación Forestal de Soria ha permitido demostrar uno de los grandes postulados de Elinor Ostrom, constatando que cuando se hace un buen trabajo de preparación, de formación y de acompañamiento, las comunidades son capaces de manejar y gestionar sus recursos de forma autónoma y sostenible.

Una de las grandes innovaciones que la Asociación Forestal de Soria ha aportado con su trabajo de recuperación de este tipo de espacios forestales, es el concepto de comunidad local sobre el que estas fórmulas comunales toman cuerpo en los tiempos actuales, apostando por un nuevo modelo, en el que participasen tanto las personas todavía residentes en los pueblos como las que viven fuera de ellos pero que se sienten vinculadas a los mismos. Este acercamiento rural – urbano, además de aportar un elevado número de efectivos a los modelos comunales (son habituales los pueblos con menos de 10 habitantes pero cuyo comunal está formado por varios cientos de personas) y de favorecer la equidad y la integración igualitaria de todo tipo de perfiles sociales como mujeres, jóvenes o colectivos en riesgos de exclusión, garantiza la propia persistencia del comunal, su rejuvenecimiento, y además enriquece el modelo de gobernanza al aportar diferentes visiones y formas de entender las relaciones entre las personas y los recursos naturales, convirtiendo a los espacios rurales en “territorios de oportunidades”.

El trabajo desarrollado por la Asociación Forestal de Soria también ha permitido demostrar uno de los grandes postulados de Elinor Ostrom, constatando que cuando se hace un buen trabajo de preparación, de formación y de acompañamiento, las comunidades son capaces de manejar y gestionar sus recursos de forma autónoma.

Representantes de tierras comunales de todo el mundo se dieron cita en 2013 en Valdeavellano de Tera, Soria, para conocer el proyecto «Montes de Socios» de la Asociación Forestal de Soria y compartir experiencias y propuestas. El ICCA Consortium (la asociación que los engloba a nivel global) celebró en esta ocasión su VI Asamblea General con la participación de representantes de más de 25 países.

El trabajo conseguido desde la iniciativa “Montes de Socios”, y especialmente en contextos de alta despoblación, se alinea perfectamente con otra de las máximas de la Nobel de economía, al maximizar la importancia de las comunidades humanas, en este caso a través de las Juntas Gestoras, configurándolas en pilares de la conservación del medio rural.

El hecho de que la Asociación Forestal de Soria haya sido reconocida con esta máxima distinción internacional por su trabajo de recuperación y defensa de los montes de socios en España, es una gran noticia no sólo para los montes de socios, sino también para todos los pueblos, sistemas locales y fórmulas comunales todavía vigentes en nuestro país.

Como sociedad avanzada y en pleno siglo XXI tenemos que pararnos a pensar el futuro que queremos proporcionar a las zonas rurales. Consentir su desaparición nos empobrecerá como país, y nos generará un problema en términos económicos, ecológicos y sociales.

La entrega del galardón tendrá lugar el próximo mes de julio en Utrecht (Holanda), en el marco de la XVI Conferencia Internacional de Estudio de los Comunes.

Los montes de socios ocupan hoy en España una superficie aproximada de 1,5 millones de hectáreas afectando a varios cientos de miles de personas. Nuestra realidad es sólo la punta del iceberg de lo que son los modelos comunales en nuestro país: donde la mayor parte de los terrenos de pastos son comunales, donde la pesca de bajura está configurada por más de 200 cofradías, donde las sociedades de cazadores gestionan 6,4 millones de hectáreas, donde aún se mantienen varios miles de sociedades de riego, donde todavía existen 3.000 montes vecinales en mano común, o donde gran parte de los terrenos municipales conservan vínculos de gestión con sus respectivas sociedades vecinales.

La concesión de este galardón, considerado el Nobel de Defensa de los Comunes, hace que necesariamente nos acordemos de nuestros antepasados, quienes con un gran esfuerzo fueron capaces de recuperar estos territorios y, a lo largo de generaciones, conservar el patrimonio natural del que hoy somos depositarios. De aquellas raíces vienen hoy estas ramas.

 

 

 

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